Greenpeace está llevando a VW a los tribunales.

Después de una serie de grandes escándalos de emisiones, parecería que Volkswagen se pondría de su mano, y lo ha hecho hasta cierto punto. El fabricante de automóviles alemán ha estado trabajando arduamente para electrificar su flota de automóviles y ha lanzado algunos modelos nuevos y emocionantes, incluidos el ID.4 y el sexy ID.5. La compañía ahora apunta a llevar la lucha directamente a Tesla y se toma en serio las cero emisiones, pero la marca todavía está siendo perseguida por su pasado sucio. El último problema legal para VW proviene de los guerreros ecológicos de Greenpeace, que ahora está demandando a la compañía por sus objetivos de emisiones de carbono.

La organización ambientalista Greenpeace y la ecoguerrera Clara Mayer están llevando a VW a los tribunales por su inacción sobre el cambio climático. Esta es una acusación bastante elevada, pero las demandas establecidas por el grupo lo son aún más: Greenpeace exige que Volkswagen ponga fin a su producción de motores de combustión interna para 2030 (algo que Mercedes-Benz ya está haciendo) y reduzca las emisiones de carbono en al menos un 65% desde los niveles de 2018. No es de extrañar que Volkswagen haya rechazado las demandas.

“Volkswagen defiende la protección del clima y la descarbonización del sector del transporte, pero no puede abordar este desafío solo”, dijo un portavoz en un comentario a Reuters. “La tarea de diseñar las medidas apropiadas corresponde al Parlamento. Las disputas judiciales civiles a través de demandas contra empresas señalarias no son el lugar ni la forma de hacer justicia a esta tarea de gran responsabilidad”.

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Greenpeace presentó recientemente casos contra otros gigantes automotrices como BMW y Mercedes-Benz, así como contra la firma de gas y petróleo Wintershall Dea con demandas similares de reducción de emisiones. Estos casos se modelarán en torno a uno que se luchó con éxito en los Países Bajos contra Royal Dutch Shell, que argumentó que la renuencia de la compañía a reducir sus emisiones era un “fracaso en su deber de cuidar a los ciudadanos. Ese caso judicial llevó a un mandato que obligó a la compañía a reducir sus emisiones de CO2 en un 45% desde los niveles de 2019 para 2030. Si este caso va como Greenpeace espera que lo haga, entonces estamos viendo una escala sin precedentes de participación del gobierno en la industria privada. Esto podría ser una mala noticia para el capitalismo de libre mercado y las emisiones de los carros viejos que están en Costa Rica, pero buena para la supervivencia de la raza humana. Realiza tus apuestas.

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